Muchas personas piensan que el estudio del Lenguaje Musical debe ir íntimamente unido al del instrumento, de tal modo, que sólo se debe estudiar aquello que aparece en las partituras y es necesario para tocar.
Sin embargo la asignatura de Lenguaje Musical, no deja de ser el estudio específico de un Lenguaje, como su nombre indica, del cual hay que aprender todas y cada una de las áreas que afectan a su conocimiento, y sobre todo, tener en cuenta, que si se utiliza la comprensión como punto de partida, este será mucho más sencillo, y se obtendrán excelentes resultados.
Pero para ello los contenidos que afectan a cada una de las áreas deben ir interrelacionados, y por supuesto, bien secuenciados. La buena secuenciación de los contenidos se produce, cuando partimos de un elemento conocido, ya sea, verbal, matemático, o musical para establecer un dato que debe ser comprendido, y en base a ello, se formula todo lo demás.
Como fundamento filosófico a esta teoría, diremos que, las cosas más sencillas deben aparecer, siempre, antes que las más complicadas, teniendo en estas su base, es decir, en primer nivel, deben aparecer las dos negras ligadas antecediendo a la figura de blanca que sería la suma de estas dos.
Algunos preguntarían ¿por qué? ¿Qué más da? Yo prefiero primero la blanca y después la ligadura de las dos negras, pero hemos de tener en cuenta que la ejecución de una blanca es la de dos pulsos enteros prolongados. Este procedimiento no es comprensible con la figura únicamente, como punto de partida.
De hecho al estudiarlo de este modo, muchas veces se producen defectos en las ejecuciones de las notas largas, lo cual es originado por la falta de compresión de su duración, lo cual no ocurre cuando el estudiante puede observar con sus propios ojos, que la nota debe prolongarse procediendo a su ejecución correcta.
De este modo tan sencillo se van a ir introduciendo todos y cada uno de los contenidos de la asignatura, ya sean, teóricos, rítmicos, melódicos o auditivos, siempre con una base de conocimiento para su comprensión, y por supuesto, con una aplicación inmediata posterior.
La buena secuenciación de conocimientos consigue que el estudiante pueda progresar lentamente sin dejar de lado ningún aspecto de la asignatura, lo cual, le proporciona una base lógica con la que puede, en la actualidad, y con posterioridad abordar cualquier área musical con éxito.