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Especialistas en didáctica del Lenguaje Musical

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Practicar la interpretación de un instrumento musical de forma habitual, mejora las habilidades del lenguaje, la memoria, la conducta y la inteligencia espacial, entre otras.

Durante la última década se han llevado a cabo multitud de estudios con músicos profesionales para el estudio de la plasticidad del cerebro. El motivo parece claro: para lograr una gran velocidad en los dedos, un músico necesita un gran entrenamiento mental.

Un estudio realizado hace varios años ya concluía que un buen pianista o violinista pueden llegar a practicar 7.500 horas antes de cumplir 18 años.

Los trabajos elaborados con este grupo parecen verificar los beneficios que experimenta la fisiología cerebral cuando se aprende a tocar un instrumento.

MEJORA LA INTELIGENCIA

Muchos expertos proponen la música como terapia neuropsicológica, ya que mejora, sin duda, las habilidades del lenguaje, la memoria, la conducta o la inteligencia espacial. Esta última es fundamental para los pensamientos de la vida cotidiana, desde solucionar problemas matemáticos complejos hasta realizar actividades habituales.

Un estudio llevado a cabo con niños de seis años, a quienes se enseñó a tocar un instrumento durante 15 meses seguidos, demostró que, al final del entrenamiento musical, todos los menores experimentaron cambios en su anatomía cerebral. Las áreas usadas para procesar la música resultaron ser mayores y más activas a los pocos meses.

Otra investigación canadiense de la Universidad McMaster, elaborada en 2006, señalaba que los cambios se comienzan a detectar a partir de los cuatro meses de enseñanza.

TODO VENTAJAS

En el terreno individual, tocar un instrumento convierte a quien lo hace en una persona metódica que cuida los detalles, planifica bien las tareas y tiene mucha capacidad de atención.

Si se forma parte de una orquesta o grupo, la práctica mejora el trabajo en equipo y la disciplina: para que una orquesta suene bien, el conjunto debe trabajar en armonía.